Reflexiones sobre la educación.

Aquí deseo añadir un breve comentario sobre la educación de nuestros hijos, de Biggi y míos, sin entrar detenidamente en el tema.

Cuando en los años ’70 nació el mayor, Philipp, se llevaba a cabo en Alemania una disputa sobre la educación anti-autoriaria. Los padres educadores tenían que dar al hijo, según Neill, el defensor del anti-autoritarismo, derechos tan amplios que ya no era otorgar libertad sino permitirellibertinaje. A veces hay que nadar contra la corriente. Tal como habíamos sospechado, este concepto no dió buenos resultados.

John Locke, en su libro publicado en 1709, tenía la idea muy clara. Quiero citar a Locke sobre acatar reglas: “Let therefore your rules to your son be as few as is possible, and rather fewer tan more than seem absolutely necessary. For if you burden him with many rules, one of these two things must necessarily follow; that either he must be very often punished, which will be of ill consequence, by making punishment too frequent and familiar; or else you must let the transgressions of some of your rules go unpunished, whereby they will of course grow contemptible and your authority become cheap to him. Make but few laws, but see they be well observed, when once made. “ John Locke, Some thoughts concerning education, London, 1709. Páginas 78 y 79.Traducción por GOOGLE: “Deje, por lo tanto, que sus reglas para su hijo sean las menos posibles, y mucho menos de lo que parece absolutamente necesario. Porque si le cargas muchas reglas, una de estas dos cosas necesariamente debe seguir; que o bien debe ser castigado con frecuencia, lo cual tendrá consecuencias negativas, haciendo que el castigo sea demasiado frecuente y familiar; o bien, debes dejar que las transgresiones de algunas de tus reglas queden impunes, por lo que, por supuesto, se volverán despreciables y tu autoridad se volverá barata para él. Haga pocas leyes, pero vea que sean bien observadas una vez hechas.”

Parentesis: mi libro de Locke ya tiene 309 años. ¿Cuántos años van a conservar sus datos los documentos digitales? 309 años?

Estoy simplemente olvidando mi propia juventud. Pese a ello, hago un alegato serio a favor de tener un poco más de audacia como padres de familia y permitir a sus hijos correr ciertos riesgos pues consolida la autoestima de los queridos hijos. Estoy contra la sobreprotección de los “padres helicópteros”, una palabra de moda en Europa que critica a padres de familia absurdamente sobreprotegiendo sus crías.

Nosotros no sabíamos todavía nada de Locke y sus válidos consejos, pero por gracia los aplicamos intuitivamente y con buenos resultados los mismos.

En nuestra educación en la casa Noack-Leibfried existía la palabra NO, pero muchas veces explicando sus razones y (a veces…) consiguiendo comprensión de los vetados —- si bien de eso no estuve siempre convencido. Una norma nuestra ha sido fomentar la autorresponsabilidad en el sentido más amplio. No hemos supervisado las tareas escolares. Hemos permitido actividades potencialmente peligrosas, conscientes del peligro. Desde muy jóvenes nuestros hijos tuvieron una licencia oficial para manejar el auto, pues no queríamos nosotros, los padres, llevar y recoger los hijos de sus fiestas. Bueno, eran otros tiempos ¿Sí? ¿u otros padres?

Muchos padres de familia actúan en materia de educación como aficionados, no han estudiado pedagogía en su gran mayoría, o temas relacionados al comportamiento social. Es fácil reproducir la raza humana, pero capacitar esta cría para que se defiendan proactivamente en la vida representa situaciones de difícil manejo.

Lo que me tranquiliza es el hecho de que nuestros hijos educan ahora sus hijos de similar manera (y claro está evitando los errores cometidos por nosotros los viejos), tomando en cuenta los cambios que se deben principalmente a las influencias de la revolución digital con las comunicaciones y las distracciones diferentes. ¿Será que la generación digital goza de más felicidad que anteriores generaciones? Ojalá que las exageraciones provenientes de INTERNET y secuelas con el tiempo pierdan una influencia hoy por hoy preocupante. Estas preocupaciones las plasman mejor en caricaturas que en reflexiones intelectuales.

 

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