Pasantias en Paris en 1962 y en 1963

Lección aprendida: es indispensable salir del canchón léase estrecho doméstico y conocer el mundo, trabajar con voluntad, cultivar los contactos con el mundo.

Para los bolivianos llegan muchas becas que no se aprovechan. ¡Qué despilfarro! Me parece necesario contarles un poco de – ¡parafraseando! – un alemán en París, sin George Gershwin. Desde el principio ha sido una estadía de tres meses como dice el dicho: como Dios en Francia. Tenía una buena pasantía en el banco Societé Générale ubicado en un barrio residencial, a un par de cuadras de la torre Eiffel. Tenía un cuarto sucio en un hotelucho, pero con lavamano. El baño colectivo era de estos inventos franceses que te obligaban a tener una buena puntería. Creo que todos los inquilinos eran de África del norte. Tenía pocos contactos, unsaludo, pero ni buenos ni malos encuentros. La organización AIESEC había seleccionado un hotel muy barato y punto. En 2012 mi nostalgia me llevó al hotel Europe, Blvd de Grenelle 103. Se había convertido en un hotel de tres estrellas…

Europe Hotel ParisEurope Hotel Paris, 2012 (1962 era un hotelucho miserable)

Recomiendo este hotel que está situado en París, a quince minutos a pie de la torre Eiffel y a cincuenta metros de la estación de metro La Motte Picquet – Grenelle. Porte de Versailles – 15º distrito, París – Cerca del metro

El metro pasaba en altura delante de mi cuartito, y para rumbear los fines de semana se llenaba el mercado con mucha gente. Yo tenía mi Fiat 500. Recuerdo mi sorpresa caminando por una calle donde parqueaban autos sin dejar siquiera espacio para un papel entre sí, cuando de pronto empezó a moverse esta fila de coches. ¿Qué? La explicación era fácil: algún auto deseaba salir y tenían que empujar hacia adelante y atrás para poder salir. Nadie activaba el freno de mano, la caja de cambio estaba en neutro. De estas operaciones mi Fiat sufrió tantos daños menores que hubiera sido correcto llevarlo a un cirujano plástico…

En el verano de 1963 pasé otra pasantía con AIESEC, y encontrábamos (ya casado, ver adelante el relato) felicidad en los cafés des Champs Elysées o los fines de semana en el Bois de Boulogne. O visitábamos los castillos sobre la Loire. En Nevers tenía buenos amigos, André Simonneau, con quien hicimos varias pruebas extensivas de bon vin en Sancerre. Y otros queridos amigos fueron Geneviève y Pierre Borré y sus hijos Silvain y Laurence. Me cuesta hablarles de estos tiempos pasados. Merci, chers amis, pour votre amitié. ¿A dónde les ha llevado vuestro destino???

Escribir esta memoria hace aparecer personas, lugares, placeres, felicidades, —- ¡mi vida! Y sé que lo pasado, pisado. No es fácil mantenerse “cool” cuando los recuerdos atacan, y mi cerebro me dice érase una vez. (Pausa. Voy a tomar un café…)

Nuestros queridos amigos Geneviève y Pierre Borré con su hija Laurence e hijo Silvain fines de ’70 en Paris. Lo que tristemente sucede tantas veces, se repitió con estos amigos: hemos perdido el contacto.

 

Europe Hotel ParisEurope Hotel Paris

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