Con más holgura económica, ¿Iba a aumentar nuestra felicidad?

En el caso nuestro la mejora financiera definitivamente no causó grandes, fundamentales cambios en nuestro estilo de vida. Los mismos amigos, los mismos pasatiempos. ¿Mayor y más felicidad? No. Sí. Sí. En lo que sí se produjo un cambio fue la compra de una casa en Düsseldorf y los trabajos de modificar, modernizar, reparar para preparar un nido para un hijo que estaba en camino. Eso se produjo después de finalizar el doctorado.

Luego de la pérdida de nuestro primer hijo en 1963 tuvimos que esperar hasta 1971 para nuestra proliferación. De esta manera conocimos una vida de pareja sin hijos y luego con hijos. Como se trata de un tema altamente sensible y netamente personal, solo digo que no pensábamos que no podíamos haber vivido felices sin hijos. Y cuando tuvimos tres hijos fuimos felices, sí.

Pensando en Bolivia, veo cambios fundamentales en este tema. Las generaciones pasadas precisaban hijos para fuerza laboral cuando el país era todavía rural. Hoy con la concentración de la población en ciudades (¿70 – 80? % vive en aglomeraciones de más de 2.000 habitantes), el proceso de urbanización impone límites para la procreación. Estos límites deben convertirse en convicciones aceptadas por las parejas en primera instancia; percibo que este proceso está recién empezando.

Me doy cuenta que el tiempo dedicado a nuestros tres hijos ha sido poco. Me tranquiliza que ha sido por lo menos intenso, y además se sabe que en la educación de valores vale el ejemplo. Hemos jugado con ellos Acquire, Skat, Doppelkopf. Hoy en algunos casos padres de familia actúan como “helicópteros” léase: control total, big brother is watching you. Sea como sea, no tienes desquite si fallaste como padre/madre. Y somos autodidactas….J

Vuelvo con mi narrativa

Aquí debo mencionar los episodios del estudio antes del examen de recuperar con el estudio con ayuda de los repetidores de apellido Kalwass y Braunschweig. Además habíamos constituido un grupo de cuatro candidatos para estudiar. Con uno de ellos Lothar Fraas y esposa Margot cultivamos hasta hoy una linda amistad.

El estudiante con pobres conocimientos por no haber disciplinadamente estudiado durante ocho semestres se asusta pensando en el examen. Felizmente habían repetitores. ¿Qué es eso?

La tutoría (que prestan los “repetidores”) es el apoyo de los estudiantes cuando se aprende fuera de los eventos regulares de la universidad. En mis tiempos había en Colonia varios y sin exageración tan eficientes que trabajar con ellos ha sido casi una garantía de pasar el examen. En el caso mio eran, lo repito con profundo agradecimiento Kalwass, Braunschweig y Schreiber mis salvadores, con una admirable didáctica y un buen conocimiento para adivinar temas probables que merecían una preparación.

Cuando se aproximó el Día D para rendir cuentas del estudio en el examen final se incremientó un cierto miedo. La tesis de la Licenciatura me salió bien, como logré averiguar. El día para dar el primer examen por escrito sobre un tema seleccionado por la comisión de jurados a tratar durante cinco horas permitidas era para mí el, que más estrés tenía, los tres otros eran ya menos tensos.

Viviamos en este tiempo en Walberberg cerca de Colonia. En este pueblo rural existía un seminario de la iglesia católica. En camino a la U pidieron dos seminaristas transporte. ¡En el viaje me llegó una idea! “Yo les llevo a Colonia, pero ustedes deben rezar que me vaya bien en mi examen”. Cumplieron con su deber. Dí un buen examen. Claro, con tanta muñeca.J

Tambien existe el factor “suerte”. Para dar el examen en otra materia de las cuatro leí hasta las 5 horas de la madrugada unos diez exámenes modelo, de los cuales por suerte me tocó uno. Bueno, era fácil rendir bien con esta preparación. Algunas semanas después publicaron la citación de todos candidatos con exámenes por escrito aprobados, para presentarse a los exámenes orales. Eran 6 estudiantes en cada grupo y el Catedrático. Preguntó a dos otres estudiantes antes de mi turno. Estos no brillaron. Luego me tocó. Consultó sus papeles. Me miró firme. Empezó a reir y dijo: Con tan buen examen escrito no necesito preguntarle nada. Uffff.

De esta manera logró el estudiante Willi Noack graduarse y obtener su Diplom Kaufmannabreviado Dpl.Kfm.  — Licenciado en Adm. de Empresas con la nota “gut” o sea “bueno”.

No recuerdo con exactitud cuantos participaron en mi examen, creo recordarme bien suponiendo que han sido unos 700 candidatos de los cuales se recibieron con la nota “muy bueno” quizás 10, con “bueno” quizás 70 y el saldo con una nota minima para pasar raspando.  Lamentablemente se aplazaron muchos.

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