Nuestra familia boliviana Choque

Carmelo Choque y Susana Yapu, y sus tres hijos Carlos, Daniel y Maria Eugenia

Pido disculpas por vertir nuevamente una crítica generalizada (guardando excepciones) y me refiero al injusto desprestigio a personas, ciudadanos bolivianos, con una conducta de vida absolutamente correcta y cuyo “pecado” es pertenecer a capas sociales discriminadas. No hace falta ejemplificar lo dicho. ¡Qué injusticia!

Desde nuestra llegada a Bolivia convivimos con dos familias altiplánicas y hemos logrado una cordialidad sincera, que se ha comprobado en momentos muy difíciles y que perdura hasta hoy, 35 años después. Somos una gran familia pues haber sido invitado a ser padrino y haber podido vivir con la escala de valores del mundo europeo es prueba fehaciente de la factibilidad de modernizar la sociedad con más justicia social. Gracias Susana y Carmelo y Justina y Roberto y vuestros hijos por ser nuestra familia boliviana.

            Roberto Yapu

El 27 de enero de 1997 se produce un terrible accidente en la ruta de la muerte  cerca de Yolosa: el camioncito manejado por mi compadre Roberto Yapu, fiel amigo, hábil colaborador, cayó por el barranco; fallecieron tres personas, un colaborador salvósu vida milagrosamente. Logró llegar al hospital de las hermanas italianas en Coroico. Estaba sin papeles, sin agenda, sin dinero, solamente recordaba de memoria mi teléfono y logró comunicarse e iniciar las secuelas del orden. El mayor de tránsito responsable del tramo del accidente comentó que abajo del barranco, a unos 500 metros en la profundidad vive gente esperando que caigan desde arriba “objetos” (coches, buses, camiones, etc) que tomaban tal como en siglos pasados en costas del mar cuando con tormentas se beneficiaban con la carga de embarcaciones naufragadas.  He visto lugares en la costa de Cornwall en el suroeste de la isla británica donde gente costanera provocaba naufragios mediante fuegos de orientación tramposos.

Roberto nos ha abandonado demasiado temprano. Tuve que ir a identificar sus restos en la morgue de La Paz — un momento de los más terribles en mi vida. Gracias, Mauro Castellón, vos me salvaste para no perder el control sobre mi mismo. Ha sido uno de estos momentos en mi vida que determinaron el rumbo.

Los que viviamos en la Quinta Alemana

Con Roberto y Justina, Melgar

 

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