Las siguientes reflexiones explican el camino escogido: Contagiado en Asia.

En honor a la verdad no ha sido para mí complicado generar aprecio y luego amor por Bolivia, más preciso por el oriente boliviano y específicamente por Santa Cruz y Riberalta.

Me pregunta mucha gente por qué salí del primer mundo para vivir en un mundo de inferior categoría (¿aplicando qué criterio???). Considero esta pregunta típica y equivocada. Muchos bolivianos no aprecian las muchas ventajas aquí, creen en ilusiones cuando sus fantasías vuelan. No dan crédito a los relatos de compañeros que viven a veces en condiciones infrahumanas, por ejemplo, compartiendo un cuarto entre diez o más personas. Trabajan (¡peor si son indocumentados!) exprimidos hasta la última gota. Muchos sin papeles al día, por lo tanto, con temores. (Si desean saber más sobre el particular contacten, por favor, a Edwin Perez.). Si los bolivianos en el exterior trabajasen y acatarsen normas en Bolivia como están obligados en muchos lugares del exterior podrían vivir muy bien en su terruño. (Un pequeño chiste. Dice un grafitti en Sucre: ¡odio las normas! La única que me gusta es la Norma Perez  J)

El caso mío es un poco diferente. Yo estaba contagiado con el bacilo tropical. ¡Hay tres principales argumentos míos-de broma!  – por vivir con gusto en Bolivia: 1. el clima tropical 2. El clima tropical y 3. El clima tropical. En serio, enfermedades reumáticas que me torturaron en Alemania ubicada a casi 50º norte lejana del ecuador (frente a los 15º sur de Santa Cruz) aquí no me molestan.

Dicen que el cuerpo acostumbrado al clima del calor húmedo sufre cuando baja a 5º C humeda, y es cuando se precisa una colcha con tripas.

fuente: wikipedia

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