A continuación, presento trabajos académicos míos con relevancia con Santa Cruz, publicando la tapa u otro testimonio

Aquí voy a publicar (mediante link) un borradorde un documento que estuvo guardado todos estos años, de 1996 hasta 2018, y que hoy en parte está obsoleto. Agradezco a Pepe Kreidler por haber cuidado un borrador y sugerido presentar mis apreciaciones de la situación veinte años atrás. Por haberlo yo considerado demasiado controvertido no tenía el coraje de publicar mis observaciones, para no aparecer ingrato. Me pareció ingrato verter amargas críticas como huésped contra un país y su gente que me trata muy bien. Al leer mis apreciaciones escritas en 1996 tengan por favor en mente esta reflexión.

Santa Cruz hacia el siglo XXI, se trata de un manuscrito del año 1996, nunca publicado, y de mi autoría.

Traducción del prólogo

José Antonio de Chazal Palomo

Este artículo contiene similares reflexiones:

Bolivia ¿Por qué se desarrolla a pasos lentos? – EL DEBER EXTRA – 12.10.2003

Autor: Willi Noack

Publicado: http://www.el-deber.net/extra/1147/extra_colabora1b.html

Las esperanzas de poder constituir un día no muy lejano, una sociedad con menos pobreza, exclusión y violencia, siguen vigentes.

Después de unas reflexiones sobre la cultura de la amistad que puede convertirse en una sub-cultura, publicada en este medio, invito con otras percepciones a un nuevo debate probablemente no menos controvertido como el anterior. El contexto es el mismo: ¿a qué factores, a qué causas de fondo se debe el subdesarrollo de Bolivia?

Seguir leyendo

En la época de los pioneros de la conquista de los EE.UU. sobre todo su Oeste no hubo frenos (léase: leyes), permitiendo el desenvolvimiento de las ambiciones desenfrenadas de los capitalistas aventureros. Dicen que ha sido una precondición para el acelerado desarrollo económico del ‘país de las oportunidades ilimitadas’.

La ausencia de una fuerte ambición de superación es el conformismo, y es un tácito acuerdo de vivir en miseria sin arriesgarse para cambiar esta situación. ¿El que calla otorga? Muchas veces la pereza resulta en pobreza.
La mayoría de las sociedades contemporáneas mundiales son materialistas, tener vale más que ser, y algunos países tienen en mayor, otros en menor grado (pero todos la tienen) la filosofía de la maximización de la ganancia (cuando se vende) o la maximización de la utilidad (cuando se compra). Todos (bueno, casi todos) vivimos pues en el capitalismo, y cuando este es desenfrenado, se presenta en su versión de capitalismo salvaje (que produce casos escandalosos), y cuando está controlado por una socialmente reconocida responsabilidad social es un capitalismo más humano, como lo practican la mayoría de los países europeos sobre todo los nórdicos, de allí las desinteligencias entre el viejo y el nuevo mundo: capitalismo salvaje al estilo norteamericano versus el capitalismo con responsabilidad social.

Recomiendo consultar a Michael Albert de 1992, hoy vigente si fuera escrito ahora, compara el capitalismo de casino con el capitalismo responsable.

En Bolivia, ¿cómo se presenta este tema? Tal como la tesis sobre la subcultura de la ‘amistad’ causó un debate controvertido, probablemente las siguientes opiniones no serán menos observadas por unos y respaldadas por otros. Desconozco resultados de una investigación científica sobre el fenómeno (si existiesen, ruego enviármelos, por favor). Por lo tanto, hablo de percepciones subjetivas, con el deseo de provocar una reflexión sobre una otra causa de fondo del subdesarrollo. INE publicó en 2001 un Mapa de Pobreza que no midio los ingresos para definir la “pobreza”, absurdo.

La hipótesis: existen en Bolivia dos comportamientos extremos opuestos (‘social patterns’) mayoritariamente: A. hacerse rico sea como sea (en adelante ‘grupo A’), y B. conformarse con poco, con el esfuerzo más pequeño posible (en adelante ‘grupo B’). Ahora, entre estos polos, en la realidad, existen todas las formas mixtas; la pregunta clave es la distribución cuantitativa: ¿qué porcentaje pertenece al grupo A y al grupo B respectivamente? ¡Pero así no es correcta la pregunta! Sería: ¿qué porcentaje pertenece o quiere pertenecer al grupo A, léase, hacerse rico sea como sea, incluyendo por supuesto eventuales violaciones de las leyes?

Como se ve, no sirve como respuesta indicar que el 5 o 10% de los bolivianos es rico, y tampoco está dicho que estos ricos son todos representantes de la extrema ambición del sea como sea. Pero, los grandes escándalos, los casos de … voy a preguntar al Ciudadano X, de los cuales están llenos los matutinos, son cometidos por algunas ovejas negras del grupo A. ‘Quiere pertenecer’ – esa es la cuestión, pues no cometer inescrupulosamente actos para enriquecerse puede ser una cuestión de moral, de ética, de valores – como también de falta de ocasión. La oportunidad hace al ladrón, reza el proverbio.

¿Es importante determinar este tema? Sí, muy importante. Si mi percepción subjetiva fuese acertada, yacería aquí un origen de síntomas sentidos de un pueblo enfermo: la corrupción, la ineficiencia, la inseguridad jurídica, el derroche de escasos recursos, la bajísima tasa de ahorro interno, la poca inversión productiva, el culto al consumo orgiástico, todos ingredientes esenciales causantes del subdesarrollo boliviano.

Miremos el grupo B. Tan dañina como la ‘ambición del sea como sea’ resulta el otro extremo, es decir, no sentir ambición de superación, conformándose con la miseria y sin hacer grandes esfuerzos personales, objetivamente casi siempre factibles, de salir de la indigencia. La pregunta es, ¿cuán grande es la predisposición de hacer grandes esfuerzos personales para generar riqueza, de adquirir cosas materiales que facilitan la vida, por lo menos las necesidades básicas (educación, salud, techo, ropa, comida)? El énfasis está en ‘grandes esfuerzos personales’, pues querer tener… ¿quién no quiere tener? Este comportamiento del conformismo es no menos perjudicial para el desarrollo, pues sus síntomas: tendencia a la baja productividad, PEI (población en edad de trabajo inactiva) alta, reclamo de subsidios al Estado, a las iglesias, a las ONGs, a la comunidad internacional, a benefactores en general, resultan igualmente fatales en el subdesarrollo boliviano.

El país recibe muchas donaciones por su condición de HIPC, léase ‘Highly indebted poor country’, en español: país pobre altamente endeudado. Pero, aparte de las donaciones, recibe ‘créditos’, siendo sus condiciones tan generosas (varios años de gracia, bajísima tasa de interés, larga duración,) que, en realidad, tienen matices de otra donación. Y cuando la deuda acumulada sobrepasa el límite, viene otra condonación. El efecto de las donaciones y ‘créditos’, queriendo procurar que el país sea algún día auto-sostenible a través de inversiones productivas, se hace esperar, pues este capital es consumido en vez de ser invertido prudentemente. En la década de los 70, Bolivia recibió alrededor de $us 2.000 millones, en el auge de los ‘petrodólares’, sin haber convertido al país en un país productivo; una culpa histórica de los gobernantes (¿y de la sociedad, conformada por el grupo A?) de entonces.

Conclusiones:

  1. Reiterándolo: por la falta de imprescindibles datos concretos a mi alcance sobre estos asuntos de importancia eminente, la hipótesis es especulativa, carece de fundamentos confiables, lo que podría ser un llamado a los científicos a investigar este tema. (MILLENIO y José Luis Parada facilitan ciertos datos.) Mientras tanto, sería conveniente por lo menos generar una conciencia sobre la interrelación teórica entre el comportamiento social de dos grupos de la población y el subdesarrollo de Bolivia.
  2. Los que no pertenecen a estos grupos A y B corren con la carga de convertir a Bolivia en un país competitivo, tarea hercúlea perjudicada altamente por los dos grupos.
  3. Si fuesen acertadas las anteriores percepciones, quedaría postergada la realización del sueño de lograr un nivel de vida similar a países carecientes de grupos A y B.
  4. A y B deben cambiar su comportamiento perjudicial. ¿Cómo conseguir este cambio? ¡Con el imperio de la ley! Y reclamar la iniciativa personal en vez de seguir con el asistencialismo.

Postscriptum: En estos carriles hacemos votos para lograr la felicidad, siempre recordando que la utopía de lograr la felicidad está consagrada hasta en la Constitución de los EE.UU. Definitivamente, nos pronunciamos en contra del capitalismo salvaje y del neoliberalismo, del materialismo desenfrenado, del consumismo ostentativo, de confundir tener con ser. Sin embargo, la ambición de superación personal, respetuosa de los límites (leyes) es indispensable como motor del desarrollo y la renuncia al conformismo son ineludibles para tener esperanzas reales de constituir, algún día ojalá no muy lejano, una sociedad con menos pobreza, exclusión y violencia. Vivir en una sociedad a su manera feliz Se precisan empresarios (¡del verbo emprender!!!) que diversifican la producción nacional y que agregan valor a la materia prima nuestra, o sea que industrializan. (Se ha modificado un poco el texto original, sin cambiar el espíritu).

www.eforobolivia.org

fecha:2003-10-13 13:28:46

autor:Willi Noack

 

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *