Viajar en Bolivia

Cruzando un río en Alto Beni. En la foto Antonio Molina

No estoy seguro pero es probable que haya recorrido la ruta de la muerte entre La Paz y  Caranavi,  pasando por el lugar del siniestro, entre diez a veinte veces. Solamente una vez una rueda del Jeep estuvo sin buen agarre. Una sola vez puede ser suficiente. ruta a Yungas

Mina Chojlla Sud Yungas

Una película de 40 minutos

En el accidente de Roberto Yapu, tres personas perdieron su vida, solo un trabajador que viajaba sobre la valiosa carga se salvó. Este golpe del destino cambió mi vida. Abandoné mis sueños, mis amigos en Riberalta, y me incorporé en mi situación en Santa Cruz.

En este momento delante de la computadora no recuerdo detalles lo que sucedió con mi vida después del accidente. Sé que tuve que defenderme contra intentos de sacarme dinero por el triste, horrible accidente, pero era tan evidente que yo como extranjero, por lo tanto, no era culpable ni estaba obligado a pagar.

Vivíamos en la Quinta Alemana, los hijos estudiando, y mi mujer, mi inteligente compañera, sin quejarse, una mujer fuerte, me acompañó. No le puedo preguntar de qué manera tengo de seguir la biografía, pues en 2006 después de 43 años de matrimonio y con apenas 64 años de vida falleció.

Viajar por tierra y cruzar ríos ha sido una odisea.

El camino de Rurrenavaque a Reyes se parecía a los caminos en Rusia de la WW II según fotos de propaganda nazi. He visto un camión cruzando el río Jenecherú (20 km antes de llegar a Riberalta) por un puente de madera pero inhundado, por lo tanto, las tablas para el chofer no eran visibles. Esta inundación era consecuencia del rebalse del río Beni. Claro, había gente para ayudar indicando la ubicación de las tablas, pero he escuchado hablar de un camión que se cayó donde el agua tenía 10 o más metros de profundidad. Hacer cruzar los camiones sobre pontones de madera no siempre en estado de buen mantenimiento era otra aventura similar. No lo he visto personalmente, lo digo porque mi lema es “ver para creer”, accidentes con camiones que cayeran al río.

Felizmente Roberto Yapu y mi hija Katrin viajaron
de Santa Cruz a Riberalta, unos 1.600 kms, sin novedades.

Hasta el río Piraí puede ser un monstruo, un “come autos”. Cuando pasa un pequeño turbión, hay gente en el lado de Porongo que quiere llegar a la ciudad de Santa Cruz, “al pueblo” dicen los viejos, y se lanzan al río. Los choferes experimentados con camionetas aptas logran cruzar. He visto con “mi’ do’ ojo’” que en medio cruce paran por algún desperfecto, y enseguida empieza el río a chupar la movilidad, uno ve cómo se traga el Piraí la movilidad. ¿Y ahora? Expertos saben cómo sacar el auto despacito, milímetro por milímetros El rey de estos expertos era Max, que sacó un camión con su camioneta, para mí era la primera vez que miraba el espectáculo me pareció un milagro. ¡Lo ví!

El terrible turbión del Piraí del año 1983 costó la vida a 200 personas y destrozó mucho.

En la madrugada del 18 de marzo de 1983 el río Piraí sembró muerte y destrucción a su paso por las cuencas.

Pero tuvo un efecto positivo. Estudiar para detectar que gran parte de la ciudad (la avenida Cañoto: 5 metros por debajo del nivel del Piraí en aquel momento; la circunvalación de Montero: 11 metros por debajo, ¡y la sedimentación tenía tendencia de agrandar la diferencia!) estaba varios metros por debajo del nivel del río y que tenían que construirse diques altos. Se creó SEARPI.

Mi lección aprendida: ahora vivo en el cuarto piso de uno de los nuevos rascacielos – por si acaso…

 

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