Viajando por los ríos amazónicos

Grupos de niños me saludaban cuando atracaba en las orillas del rio ¿? Beni. Más me gustaban los ríos menores, como por ejemplo el río Orthon. Lagartos, petas, aves, Martín pescador, libélulas y las mariposas, como las “azulejos” (morpho), compensaban las molestias, las pequeñas en primer lugar, como mosquitos. Prohibido matar un anófeles que transmite la malaria y otras enfermedades endémicas en la región. Prohibido matar uno pues miles vienen al velorio. Me mostraron ranas venenosas de fuertes colores verde, amarillo, rojo que los habitantes de la selva utilizaban y pocos todavía utilizan para la punta de sus flechas. Me mostraron una raya de cola y una anguila eléctrica ya un pez llamadoperro” por dos dientes enormes.

Fuente

 En el Beni hemos pescado como experimento, si la pesca era y es una actividad diversificada, para crear empleo, y hasta para permitir agregar valor a la materia prima. El ya mencionado estudio de factibilidad y una señora empresaria de Riberalta demuestran la viabilidad del negocio. En esta excursión en el río Beni, en la zona del río Negro pescaron grandes peces gordos de un metro o más que según los pescadores conocedores no sirven. Los matan golpeándoles sobre la cabeza. El pescado deja salir ruidos raros. Este pez lleva el nombre de “general”.

Mi santarén grande de 15 metros de eslora y concebido como remolcador con un motor a diesel de unos 200 HP para mover dragas. Cuando este hermoso poderoso santarén estaba listo para prestar su servicio —- ¡el garimpo había fallecido, las quizás 200 dragas dejaron de trabajar pues –¡dicen! – que se agotó el oro.

Navegando con mis dos santarenes por los ríos Madre de Dios, Beni, Orthon, Madidi, Geneshuaya. Atendía turistas aventureros en pocas oportunidades   —   una enseñanza dura. Los turistas son REYES, pero hay reyes detestables.

 

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