Empieza la 3ª parte de mi vida: ¡Vamos a Bolivia!

Estaba en Aix empezando a tener nuevamente piso y me habían contratado para consultorías. El proyecto de casas de vacaciones estaba casi listo.

Recibí una llamada de Düsseldorf. Luego del intercambio de cortesías me preguntó la persona conocida de los años de estudio si yo estaba libre para un trabajo de tres meses en Bolivia, con honorarios excelentes. La oferta me pareció muy atractiva. Cuando la limosna es muy grande hasta el santo o diablo desconfían. Tengan paciencia, voy a narrar qué y cómo en mi caso iba a aplicarse el dicho fiel al pie de la letra. No sabía mucho de Bolivia. ¿O era Libia? En pocos días me alisté para el viaje a Sudamérica. Dos días en Río de Janeiro, un stop over, luego el aterrizaje en El Alto, en 4.100 msnm. Mi salud era felizmente ok. Comunicación en inglés, en francés, — faltaba quechua o aimara. Dos días en La Paz, ciudad fantástica (¡1981!) para el turista, luego seguí viaje a Santa Cruz.

Santa Cruz de la Sierra – la otra Bolivia.

¡Santa Cruz del año 1981! Me dieron una emotiva bienvenida. Yo llegué en septiembre a Santa Cruz. Habían preparado una noche tropical en una casa grande, mucho más grande que una casa de lujo que uno encuentra en Alemania. Habían invitado una cantante que cantó el repertorio de Gladys Moreno, habían iluminado palmeras, para mí la confirmación de estar en el trópico. Conseguieron el clima tropical con su calor y humedad, desconocidos para mí, y sirvieron un churrasco de primera. No tengo idea de quiénes fueron él o los anfitriones, tampoco los otros invitados. Me hubiera gustado poder comunicarme con la gente amable, me sentía el rey de España o por lo menos como una persona querida. No sabía todavía que “es ley del cruceño, la hospitalidad”. Me gustaría enormemente volver a encontrarme con personas que me dieron tan cálida bienvenida.

Cuando llegué a Bolivia en septiembre de 1981 el Gral. Celso Torrelio era Presidente.

Pasó el mando del Estado al Gral. Guido Vildoso

y así se finalizó una época de dictadura militar. El 10 de octubre de 1982, fecha clave para la historia de Bolivia, juró el Presidente constitucional Hernán Siles Zuazo.

La alegría era enorme. El emblemático conjunto Los Kjarkas por fin tenía la libertad de aparecer con su emocionante canción “El Cóndor pasa” ante un público entusiasmado. Dos veces asistí al concierto en un viejo cine ubicado en la Calle Loayza (?) de La Paz. Cuando tocaron la canción BOLIVIA llegó a tocar a mi corazón. Mucha gente lloró, entre ellos yo.

Una anécdota: carnaval del mismo año 1982. Estabámos en el Viva María en Santa Cruz donde coronaron a la reina. Reinaba el toque de queda. En sus palabras de circunstancia el Presidente Celso Torrelio anunció que por ser noche de Carnaval se suspendía el estado de sitio. ¡Aplauso enorme! El toque de queda era para mí, europeo acostumbrado a orden, paz y trabajo, idéntico a convulsiones, caos, ingobernabilidad, una medida muy drástica de un gobierno sin gobernabilidad.

Esa era la cancha nueva donde tenía que desempeñarme. Acepté el reto.

Pese a los problemas por la situación desfavorable, los inversionistas extranjeros que me habían contratado decidieron seguir con la idea de crear un importante complejo maderero en Bolivia, y si fuese a partir de casi cero kilómetros. Como lugar fue identificado Covendo, ubicado en el Alto Beni, accesible desde Palos Blancos por el río Cotacajes. Una enorme conceción de 300.000 has. había sido otorgada en Covendo y los trámites ya estaban avanzados.En un avión C 130 fueron transportadaslas máquinas. Me tocó varias veces viajar en un jeep Toyota a La Paz, por la ruta de la muerte.

El “genio” de este proyecto, y de dos proyectos internacionales más, uno en Bahrein y otro en Sudáfrica, ha sido el Dr. Wolfgang Hamma. Hamma había sido senior consultant en McKinsey, y ya en los años de estudiantes era un gran líder por ejemplo de AIESEC. Hamma era un hombre muy elegante. Por qué no decirlo: me sentí orgulloso de poder trabajar con un empresario que participaba en Davos en el Foro Económico Mundial.

Hasta que su monumento empezó a tener fisuras. Empezaron problemas con el cash flow. En DER SPIEGEL fue publicado un artículo sobre Hamma por actividades observadas. Luego yo ya no recibía dinero para cumplir con los compromisos de la empresa, ni de mis propios honorarios. Todo esto en un catastrófico entorno macro-económico del país que obligó al presidente Hernán Siles Suazo a renunciar. La tasa de inflación había llegado a 27.000 %.

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