Mi gusto por la música

Parte importante de mi adolescencia ha sido escuchar Chris Barber, Monty Sunshine, Papa Bue’s, Humphrey Littleton, Ottilie Patterson, Sydney Bechet y muchos más cuyos nombres no recuerdo. Mis templos del Jazz: 100, Oxford Street in London o en Paris la Cave de la Huchette, o en Dusseldorf el Dr. Jazzo el PÖTZKE.

Con mis siete años me querían “obligar” a aprender a tocar piano:¡HOY!!! estoy muy triste que no lograron obligarme. Un intento de aprender en mis tiempos de viejo resultó en una gran frustración.

Escuchar música clásica: con mis diez u once años mi bella madre escuchaba arias de óperas italianas en la radio pues la TV tardó en Alemania varios años más: el 25 de diciembre de 1952 apareció el primer programa de prueba de la TV. En 1967 la TV en color se introdujo en la República Federal.

Siempre me ha fortalecido la música. Como estudiante tenía un tocadiscos múltiple para escuchar reiteradamente día tras día diez discos de 33 rpm, música clásica. Cuando trabajé en mi tesis de doctorado tenía ya un tocacintas GRUNDIG. Hoy estoy muy agradecido que existe youtube donde encuentro la música que preciso escuchar en diferentes estados anímicos: alegre, blues, chanson francaise, Riberalta, Gladys Moreno o Arminda Alba, jazz, Bach, Serrat, Kjarkas, Savia Andina, poesía cantada y tantos más.

  • Desde hace veinte años, (¿o ya son treinta?) podemos deleitarnos en Santa Cruz con conciertos en escenarios barrocos. Me gusta mucho la iglesia San Roque. Las guitarreadas de Piraí Vaca y Willy Claure, recuerdo con agradecimiento. Los artistas que tocan en Tapecua me atraen.
  • Y en Riberalta con Lucho Saucedo, las voces de Pepe, de David, de Cayo, de Ricardo y de tantos más (algunos ya no están con nosotros) para mí eran momentos de profunda amistad. Oportunidades para una citación a una fiesta sobraban.

Riberalta con Lucho Saucedo

Aquí pueden escuchar algunos artistas mencionados.

  • Durante los años en Alemania (hasta 1981) escuchaba muchos grandes artistas en vivo y directo, entre ellos Charles Aznavour con su Hier (ayer) que hoy escucho por las palabras algo tristes, pero reales. Creo que me enamoré de la cantante alemana Erika  Pluhar(Es war einmal) y de otra alemana Alexandra, Mein Freund der Baum.

Me hice hincha fiel hasta hoy de su arte: gracias a Jacques Loussier he buscado la entrada al paraíso de la música clásica.

En mi ciudad natal Düsseldorf existe desde mi juventud un bar donde tocaban Jazz. En 2015 he visto que sigue el mismo, El PÖTZKE, donde disfrutan la otra música de mi preferencia, el Jazz. Me gustaba mucho por el ambiente y por la cerveza que en los salones donde tocaba Loussier no servían. (En este momento me inspira Loussier con Toccata and Fugue in D Minor de Bach).

Nuevamente, ¡Qué arrepentimiento siento que con mis cinco años no he obedecido a mi madre cuando me querían enseñar a tocar el piano, con un profesor! Canto, mantengo la melodía, canto bajo la ducha I did it my way, reconozco melodías y no solo la Moonlight de Beethoven. Ni modo. Lo que Juanito no aprendió, Juan nunca aprenderá. Cierto. Cuando vivíamos en una casa en el campo con vecinos centenares de metros lejanos, he cantado karaoke, y mi Kuky canta también, tiene buena voz. Un poco más de entrenamiento y nosotros hubiéramos superado a Pimpinela (con otros textos, pues Pimpinela en sus canciones siempre se pelean lo que NOSOTROS ¡no hacemos!) Además, nos iba a faltar un Dyango…

Y ahora hay otro obstáculo para seguir karaoqueando (¿hay esta palabra?) y es nuestro profundo respeto por las normas viviendo en un condominio. Aprovecho para expresar mi repudio y mi irrespeto a muy pocos copropietarios que con arrogancia se niegan a cumplir normas que rigen para todos.  Ayyyy, me gustaría nombrarles….

Sirve para una amarga crítica en general: nuestra vida cotidiana ha cambiado y sin duda hay que aprender la vida urbana, pidiendo tolerancia, respeto, cumplimiento, puntualidad, educación, respeto por gente de inferior status social, en fin, una cultura nueva y aceptar que a mucha gente le cuesta aplicar. Por eso denuncio la arrogancia.

Sé el primero en comentar

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *