EL CHISTE DEL DIA 2 – 8.3.2024

EL CHISTE DEL DIA
El Sacerdote y el taxista.

Había dos paisanos que tenían el mismo nombre:
‘Joaquín González’, pero uno era ‘sacerdote’ y el
otro era ‘taxista’.
Quiso el destino que los dos murieran el mismo día.
Entonces, llegan al cielo, donde les espera San Pedro.
-¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero.
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?
– No, no; el taxista.
San Pedro consulta su planilla y dice:
– Bueno, te has ganado el Paraíso.
Te corresponden estas túnicas de seda con hilos de
oro y esta vara de oro con incrustaciones de rubíes.
Puedes pasar.
– Gracias, gracias… – dice el taxista.
Pasan dos personas más, y luego le toca el turno al
otro Joaquín, quien había presenciado la entrada de su
paisano.
– ¿Tu nombre?
– Joaquín González.
– ¿El sacerdote?
– Sí.
– Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te
corresponde esta bata de poliéster y esta vara de
plástico.
El sacerdote dice:
– Perdón, no es por presumir, pero… debe haber un
error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!
– Sí, hijo mío, te has ganado el Paraíso, te
corresponde la bata de…
– ¡No, no puede ser! Yo conozco al otro señor, era un
taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como
taxista! Se subía a las aceras, chocaba todos los
días, una vez se estrelló contra una casa, conducía
muy mal, tiraba los postes de alumbrado, se llevaba
todo por delante.
Y yo me pasé cincuenta años de mi vida predicando
todos los domingos en la parroquia.
¿Cómo puede ser que a él le toque una túnica con
hilos de oro y vara de platino y a mí esto? ¡Debe
haber un error!
– No, no es ningún error- dice San Pedro.
Lo que pasa es que aquí en el cielo ha llegado la
globalización con sus
nuevos enfoques administrativos. Nosotros ya no
hacemos las evaluaciones como antes.
– ¿Cómo? No entiendo…
– Claro, ahora nos manejamos por ‘Objetivos y
Resultados’.
Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás
enseguida:
Durante los últimos cincuenta años, cada vez que tú
predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que el taxista conducía, la gente rezaba y se acordaba de Dios.
Entonces, ¿quién vendía más nuestros servicios?
Nos interesan los resultados, hijo mío.
!!!Re – sul – ta – dos!!!

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