Esta icónica fotografía de 1929 ha perdurado a lo largo de los años debido a su impactante dramatismo, capturando a un obrero de la construcción equilibrándose sobre tres tablas a más de 250 metros de altura en el edificio Chrysler de Nueva York.
Esta imagen no solo refleja el peligro y la valentía de los trabajadores que contribuyeron a la creación de rascacielos emblemáticos, sino que también encapsula el espíritu de progreso y determinación de la era.
El edificio Chrysler, finalizado en 1930, aunque ya no es el más alto del mundo, sigue siendo una joya arquitectónica de la ciudad y un símbolo del ingenio y la audacia humana, inmortalizado en esta histórica fotografía.
Viajeros.
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