Conoce la historia de Teodorico el Grande – 28.7.2023

Conoce la historia de Teodorico el Grande, el primer gran gobernante de occidente tras la caída del Imperio romano occidental.
Teodorico pertenecía a los godos de la tribu de los Amalos, que se asentaron en Hungría. De niño, en el 463, fue enviado a Constantinopla como rehén para asegurar que su padre Teodomiro respetara los acuerdos de paz. Ahí tuvo libertad de relacionarse con el mundo romano y recibió una educación greco-latina, como la de las élites.
A los 18 años regresó a los Cárpatos con su familia en el 471. Las condiciones de su pueblo eran muy difíciles en las tierras que ocupaban, por lo que aconsejó a su padre adentrarse en los Balcanes. En el 484 murió su padre y se convirtió en el líder de los godos del este mandando sobre 20 000 combatientes. Su poder lo enfrentó con el emperador Zenón, que se convirtió en emperador en el 474.

En el 487 las malas relaciones con Zenón hicieron que llevara sus tropas a Constantinopla. Su falta de medios para tomar la capital, aunado a los apuros del emperador los llevaron a negociar. Como consecuencia fue nombrado patricio y magister militum. Zenón, para alejarlo, lo envió a Italia para acabar con el gobierno de Odoacro, que también representaba una amenaza, pese a ser su súbdito.
Italia era rica y Roma seguía siendo la segunda ciudad más grande del Imperio. Las fértiles tierras darían prosperidad a su pueblo, así que marchó hacia allá y derrotó a Odoacro en el 489 y después puso sitio a Rávena que capituló en el 493. Odoacro negoció la paz, pero Teodorico no la respetó y lo asesinó con su espada.
La victoria convirtió a Teodorico en rey de Italia. Su legitimidad la obtuvo al reconocer al emperador Zenón como su señor, aunque tenía plena autonomía en sus tierras. Mantuvo las estructuras administrativas romanas, por lo que obtuvo el apoyo del Senado, que para entonces seguía existiendo. A los aristócratas les permitió conservar sus tierras y les dejó hacer una carrera política. Los puestos militares se los dio a sus seguidores godos, que además estaba satisfechos con el reparto de tierras.
En el 507 se convirtió en regente de su nieto Amalarico, rey de los visigodos, tras la muerte de Alarico II en la batalla de Vouillé. Teodorico gobernó Hispania a la manera romana y cuidó de no comportarse como un conquistador, por lo que los visigodos estuvieron satisfechos. Fue así que puso bajo su mando Hispania, la Galia mediterránea, Italia y las provincias danubianas. Con todas estas fuerzas extendió su influencia sobre los vándalos en África y los burgundios, además de otros pueblos germanos.
Murió en el 526, gobernando un Imperio más extenso y estable que el de los emperadores romanos de los últimos cien años. Su gobierno fue un tiempo de paz y prosperidad, como hacía décadas no se habían vivido.

 

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