Autor: Willi Noack
Publicado: El Deber, 6.7.03
Santa Cruz de la Sierra – Bolivia, domingo 06, julio de 2003
En la década de los ’70 cuando Prebisch y Cardoso eran los faros del CEPAL, la teoría de la dependencia tenía su auge. Cuando hace años Jeffrey Sachs opinó que la mediterraneidad de Bolivia era y es culpable del subdesarrollo boliviano, fue bálsamo para el alma. Cuando en 1909 Alcides Arguedas publicó su opinión sobre el pueblo enfermo, la rabia de grandes contingentes de los salones le obligó a elogiar la raza de bronce. Cuando unos años atrás apareció el manual del perfecto idiota latinoamericano, el mismo fue tratado por la “inteligenzia” como un insulto a la colectividad. No hay una amplia discusión sobre la tesis de si es verdad que el subdesarrollo está en la mente, como cree Lawrence Harrison. También Mariano Grondona se gana insultos por insistir que la cultura determina el progreso de pueblos.
Es impresionante leer las manifestaciones de rabia y de insultos contra los protagonistas de estas ideas. Hay también algunos cuantos comentarios a favor de la necesidad de tales debates.
¿Por qué entonces volver a hablar sobre un tema viejo, controvertido y espinoso? Es porque es un tema de fondo y no basta archivarlo. Es una búsqueda del origen del subdesarrollo. Es un tema cotidiano.
El otro día me llegó una amable invitación a formar parte de un grupo que va a debatir sobre asuntos importantes, de manera proactiva, buscando soluciones factibles pero ya no analizar, pues supuestamente sobran diagnósticos sobre el caso. ¿Es así? ¿Nos sobran diagnósticos de las causas de nuestro atraso? ¡Lo dudo! Lo que abunda son descripciones incompletas de debilidades (la D del análisis FODA) pero descripciones de síntomas. Es comparable con un enfermo que busca ayuda de un médico; debe describir todos, verdaderamente todos los síntomas de su enfermedad para de esta manera permitir al experto diagnosticar la enfermedad de la cual padece. Y allí está el meollo de la cuestión. Los análisis FODA de nuestros tantos planes de desarrollo tienen un defecto garrafal: no incluyen los síntomas “vergonzosos” de nuestra propia responsabilidad, y peor aún no tratan de indagar, sin clemencia, en las causas de fondo de la existencia de un determinado síntoma. Parece que existe un acuerdo tácito de no hablar de muchas subculturas de nuestra responsabilidad. Tendría que explicitar lo dicho con ejemplos, pero el Director de este periódico es riguroso en cuanto al espacio disponible. Será probablemente tema de otro artículo.
Creo que Bolivia debe “destabuizar” el tema de las causas de su subdesarrollo y curarlas y a la vez dejar de exculparse con argumentos piadosos so pena de nunca lograr la competitividad de un país eficiente en todos aspectos.
www.eforobolivia.org
fecha: 2003-07-06 17:38:22
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