El Sr. Otto Schulze llegó con un gran ramo de rosas al hospital, donde su esposa acababa de dar luz a un niño.
Loco de alegría, abrazó a su esposa mientras la enfermera se apresuraba a traer al niño. Tan pronto como lo vio, se puso pálido como tiza:
«¡El niño es negro!» «¡No tengas miedo!» gritó la mujer, ¡no es lo que piensas! Simplemente no tenía suficiente leche para amamantar al niño, así que me dieron una niña negra como nodriza, y eso funcionó de la manera en que lo ves. Pero estará bien … «
Cuando llegó a casa, Otto se sentó para compartir rápidamente su alegría con su madre. «Madre», escribió, «Acabo de llegar a casa desde el hospital.
Ahora que finalmente tenemos un bebé después de ocho años, estamos muy felices. Solo tú sabes, madre, Anna no tenía suficiente leche para amamantar al bebé, por lo que le dieron en el hospital como nodriza la negra, y eso tuvo un efecto en el niño. Es negro Pero eso se normalizará con el tiempo … «
«Querido hijo», le respondió la madre, «También estoy muy contenta de que finalmente hayas tenido un hijo.
En cuanto al asunto con la nodriza, solo puedo decirte que fue similar a mí cuando te di a luz. Tuvimos una burra en ese entonces, y te puse en sus ubres, y desde entonces eres y seguirás siendo el burro más grande del mundo «.
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