Guaraníes.
Los guaraníes o ava (hombre) son un pueblo nativo sudamericano, originario de la región amazónica; los mismos se establecieron en distintas regiones del continente y especialmente en el Paraguay. Hoy veremos algunas características de este pueblo indígena. Los guaraníes se ubicaron sobre las costas del río Amazonas hasta las islas del Río de la Plata y desde el río Paraguay hasta las costas del océano Atlántico, ya que eran los territorios más favorables para la pesca, la caza, la recolección del ñai’û o arcilla para la cerámica y, fundamentalmente, para el aprovechamiento de la fértil capa de humus en las labores hortícolas, mientras que el monte cercano a esas zonas brindaba sus frutas silvestres y abundante madera.
Vivían en aldeas donde las casas estaban dispuestas en torno a una plaza grande de forma cuadrangular; allí se desarrollaba una gran actividad social.
Eran casas comunales de bases rectangulares, conformadas por una sola habitación y cuyo techo descendía hasta el suelo; las mismas se denominaban ogaguasu o tapyî individualmente, y en conjunto, táva. Cada familia vivía en una casa comunal donde habitaban entre 60 y 120 personas, presidida por un jefe que ocupaba la parte del centro. A su vez, la aldea estaba dirigida por un jefe político llamado mburuvicha, y un jefe religioso llamado paje. Su organización social estaba encabezada por un cacique (tuvicha) cuyo liderazgo era hereditario. Una de las funciones del cacique era administrar el trabajo comunitario y distribuir los bienes de consumo. Existía una división del trabajo por género.
La elaboración de la cerámica era una tarea exclusiva de las mujeres, así como plantar e hilar los lienzos. El varón era básicamente pescador, cazador, recolector y guerrero.
Eran agricultores, recolectores, cazadores y pescadores. Las familias poseían un lote exclusivo en las plantaciones comunitarias y, a su vez, cada esposa tenía un huerto personal. Trabajaban en grupo y los parientes se ayudaban unos a otros. Entre sus cultivos más importantes se encontraban la mandioca (mandi’o), la batata (jety), la calabaza (andai), el zapallo (kurapepê), el maíz (avati), el poroto (kumanda), el maní (manduvi) y el algodón (mandyju). Las hierbas medicinales, los frutos como la guayaba (arasa), la banana (pakova) y la yerba mate (ka’a) eran obtenidos directamente del monte o selva.
Para la caza de animales silvestres como carpinchos, venados y avestruces, utilizaban boleadoras, cuchillos, arcos y flechas. Para pescar se valían de largas canoas hechas de árboles ahuecados.
Conocían muchas especies de hierbas, las que utilizaban para la cura de enfermedades. Se destacaron en la fabricación de sus propias herramientas de trabajo, sus utensilios para el hogar, como cántaros, fuentes, vasijas hechos de arcilla, además de sus armas de guerra y urnas funerarias. Desconocían la escritura pero sabían contar del uno al diez y para referirse a números superiores utilizaban la repetición.
Su idioma, el guaraní, constituye uno de los legados más valiosos de esta cultura.
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