La tía Julia y Mario Vargas Llosa – 18.6.2024

«La tía Julia y Mario Vargas Llosa»
La vida sentimental de Vargas Llosa comenzó con «la tía Julia», de quien se enamoró a los 19 años y con quien compartió ocho años de matrimonio.
La vida amorosa de Mario Vargas Llosa es digna de una novela. De hecho, el escritor publicó «La tía Julia y el escribidor», en 1977, para relatar su primer matrimonio y el escándalo que supuso en una familia de la burguesía limeña. Ella se llamaba Julia Urquidi, y estaba recién divorciada cuando Mario la conoció, en Cochabamba, en Bolivia, en casa de sus tíos.

Mario estudiaba Derecho. Ella había llegado para descansar tras divorciarse. Era hermana de Olga, casada con Luis Llosa Ureta, tío carnal de Mario. Mario y Julia ya habían coincidido en la ciudad boliviana cuando el futuro escritor era un niño de nueve años. Era, según Julia, un niño mimado. Después estuvieron una década sin verse.
Julia había nacido el 30 de mayo de 1926. Era la cuarta de cinco hermanos. Al principio, ella no llamó la atención de Mario, a pesar de ser una mujer guapa y seductora, con una hermosa sonrisa. Un día ella le sugirió que fueran al cine. Y entonces empezaron a dar largos paseos vespertinos y nació una relación apasionada y platónica. Él tenía 19 años; ella, 29. Se casaron en secreto en mayo de 1955. El matrimonio duró ocho años.
La relación supuso un conflicto familiar
Mario y Julia tuvieron que enfrentarse a una feroz oposición familiar, sobre todo, por parte del padre del escritor, Ernesto Vargas, un hombre estricto e irascible que tenía grandes expectativas sobre él. No podía soportar que ella fuera divorciada y diez años mayor. Julia fue tachada de corruptora de menores, y se llevó toda la culpa.
Ernesto Vargas les amenazó. «Si no obedeces al pie de la letra y esa mujer no sale del país, te mataré de cinco balazos como a un perro, en plena calle», le escribió al novelista. Pero, tras casarse, poco a poco, todos aceptaron la relación. Se instalaron en París, donde él terminó sus estudios y ella le ayudó a convertirse en escritor.
Tras separarse de Mario, Julia se instaló en Washington y luego regresó a La Paz, en Bolivia. Se casó por tercera vez con René Pacheco. Trabajó durante muchos años como Jefa de Protocolo en la alcaldía de La Paz. También fue secretaria personal de varias primeras damas de Bolivia.
Recibió la publicación de la novela «La tía Julia y el escribidor» con un ánimo encontrado y escribió, a su vez, unas memorias tituladas «Lo que Varguitas no dijo», que publicó en 1983, y cuya narración se centraba en los años del matrimonio y del divorcio, mientras la novela de Vargas Llosa relataba el noviazgo prohibido y la fuga de ambos para casarse.
Un relato problemático marcó el fin Julia aseguraba que había vivido los años más felices de su vida con él, pero también los más tristes. En una entrevista publicada una década antes de su muerte, Julia decía: «Yo lo hice a él. El talento era de Mario, pero el sacrificio fue mío. Me costó mucho. Sin mi ayuda no hubiera sido escritor. El copiar sus borradores, el obligarlo a que se sentara a escribir. Bueno, fue algo mutuo, creo que los dos nos necesitábamos».
La relación de ambos se rompió cuando Patricia Llosa Urquidi, sobrina de Julia y prima carnal de Mario, se instaló en París, con 15 años para estudiar Literatura. Mario y Patricia se enamoraron y se casaron en 1965, cuando ella tenía veinte años. Mario y Julia no rompieron su amistad hasta que el escritor publicó el relato de sus amores y ella le respondió con otro libro. La tía Julia murió en 2010, a los 84 años.

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