Camba viejo no aprende a rezar – 27.9.2024

Confieso que soy de los que alguna vez usó el modismo “Camba viejo no aprende a rezar”, sea como excusa personal o como señalamiento hacia otros por su reticencia al cambio, teniendo por asumido de dónde proviene aquel adagio popular.

Hace pocos días terminé un trabajo sobre las “Misiones Franciscanas en la Cordillera de los Chiriguano”. La investigación me permitió comprender de mejor manera por qué los jesuitas tuvieron mayores resultados en Chiquitos y Moxos, que en Cordillera; por qué los franciscanos lograron en Cordillera lo que les fue mezquino a los jesuitas. Descubrí la figura relevante de Fr. Francisco del Pilar, un incansable plantador de misiones entre los guaraní y los chané en el piedemonte cruceño y el chaco.

En medio de todo eso, me encontré con un relato que podría darle sustento histórico al origen de la mentada sentencia.

Los jesuitas habían sido pioneros en el intento de evangelizar a los guaraní de Cordillera y el chaco. Cuando abandonaron la tarea, primero para concentrarse en Moxos y Chiquitos, y luego por su expulsión, tomaron la posta sacerdotes franciscanos del Colegio de Propaganda Fide de Tarija.

La tarea no fue fácil. Los guaraní eran gente muy aguerrida, que habían dominado a otros grupos que habitaban la zona antes que ellos, como los chané, de origen arawak.

Aproximadamente el año 1745, indígenas chané provenientes de las cercanías de Santa Cruz de la Sierra fueron hasta el pueblo de La Laguna y solicitaron ayuda al corregidor de Tomina, que residía allí, para defenderse de ataques de los guaraní que querían esclavizarlos. La ayuda fue concedida con la explícita condición de que, terminada la contienda contra los guaraní, los chané debían hacerse cristianos.

Vencieron los españoles y concedieron a los chané un espacio para que habiten, en un lugar denominado Pilipili.

Al principio, el presbítero Andrés Zabala visitaba Pilipili, predicaba el evangelio, enseñaba la doctrina y llegó a bautizar párvulos y algunos adultos. Luego de algún tiempo, Zabala se vio obligado a dejar esta obra y la gente quedó sin alguien que les instruya en la fe cristiana.

El 20 de julio de 1752 entró a Pilipili Fr. Gerónimo Justiniano, pero se encontró con la indiferencia de la gente y la fuerte oposición de varios capitanes o caciques, uno de ellos, Chindica, señalado por el P. Antonio Comajuncosa como un hombre perverso (1884, “El Colegio Franciscano de Tarija y sus Misiones: Noticias históricas recogidas por dos misioneros del mismo colegio”).

En este contexto, el corregidor del partido de Tomina los convocó para conocer sus intenciones. Thierry Saignes, en su libro póstumo “Historia del Pueblo Chiriguano”, editado por Isabelle Combès, recoge este texto del Archivo Franciscano de Tarija (1758, Manuscritos e Impresos de los Misioneros):

“Dijeron que querían ser buenos amigos deI cristiano, pero no cristianos, alegando dichos capitanes que ya eran de cabeza dura para poder aprender a rezar”.

Ese era su argumento. A pesar de ello, Fr. Francisco del Pilar se dio a la tarea de entrar a Pilipili en numerosas oportunidades para “ver si podría reducir a aquellos indios de dura cerviz”. Comajuncosa, en su obra ya citada, dice:

“No sabemos quién la tuvo más dura, si ellos para resistir a la fe, o este religioso para sufrir trabajos y vituperios. No aflojaban aquellos en su rebeldía; pero tampoco aflojó este en su constancia”.

Con el paso del tiempo, las adversidades producidas por una gran inundación y la persistencia de Fr. del Pilar, los indígenas permitieron la evangelización y el bautismo de sus infantes.

La historia quedaría incompleta sin mencionar que, a principios de 1768, hubo un cambio radical en el viejo capitán Chindica. No solo se convirtió al cristianismo, sino que animaba a los demás a asistir diariamente a los servicios religiosos. Sintiéndose enfermo solicitó ser bautizado. Falleció el 24 de agosto de 1768, recibiendo honrosa sepultura.

Parece que, aunque sea en viejo, sí se puede aprender a rezar, y eso me inyecta optimismo.

(Artículo publicado en la Revista Paréntesis de PEN Santa Cruz, en homenaje al 24 de septiembre)

Fuente https://napoleonardaya.blogspot.com/2024/09/camba-viejo-no-aprende-rezar.html

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