Una señora mayor de edad ya no escuchaba. En su casa enorme vivía su familia numerosa, sus hermanos, hijos, primos, nietos, bisnietos, yernos y nueras. Mucha gente! A la señora le molestó no poder escuchar lo que se hablaba. Un día sin avisar a nadie se fue a comprar un aparato último modelo para nuevamente oír. El aparato en su oreja era casi invisible. ¡Y funcionó a la perfección!
En el primer mes que utilizó este milagro tecnológico cambió 16 veces su testamento.
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