El carnaval cruceño, nunca tuvo connotaciones religiosas-paganas del carnaval de Oruro, ni la elegancia tradicional veneciana, ni el vértigo de las escuelas de samba de Río que a ritmo de una danza de origen angoleño la población negra se adueña de esa urbe, ni del carnaval de Montevideo con su notable influencia africana, en la que se mezcla la farandula con el tango.
El carnaval cruceño en su esencia fue una fiesta muy particular en la que no tenia influencias religiosas ni aportes de otras culturas. Era una fiesta signada por la alegría y la espontaneidad del cruceño para compartir y divertirse. No respondía ha ningún acartonamiento. Su magia o encanto era su carácter participativo, ya que durante tres días y sin invitación alguna se vivía la euforia carnavalera con solo salir a la calle. Por lo tanto, el carnaval cruceño con todas sus virtudes y defectos nació con tamborita y con el alma de ser siempre libre. Carnaval 2013- ASR
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