El ataque de Rusia a Ucrania azuza el temor a una guerra atómica. Con frecuencia, las advertencias contra una escalada provocan duras críticas. ¿Por qué?
Solidaridad con Ucrania. Las imágenes de la manifestación realizada el 27 de febrero de 2022 fueron impresionantes. La Policía habló de 100.000 participantes y los organizadores de la protesta contra la agresión rusa, incluso de medio millón.
En 2023, sigue habiendo manifestaciones, pero, cuanto más se prolonga la guerra, más divergencias hay. Sintomáticas resultan las reacciones críticas a cartas abiertas publicadas por figuras de los ámbitos científico, eclesiástico y de la cultura, que abogan por no enviar armas e impulsar negociaciones de paz.
Advertencia del peligro de guerra atómica
Dura críticas cosechó en la prensa el obispo Friedrich Kramer, encargado de asuntos de paz de la Iglesia Evangélica Alemana, quien se pronunció contra el suministro de armas a Ucrania y previno de un rearme que podría conducir a una guerra nuclear. Algunos lo acusaron de insensibilidad hacia las víctimas.
En entrevista con DW, Kramer se mostró satisfecho del «pluralismo” en la Iglesia evangélica. Afirmó que se toma en serio las diversas opiniones y que la postura que se adopte ante el envío de armas a Ucrania depende mucho de la perspectiva que se tenga y de cómo se aquilaten las cosas desde el propio trasfondo biográfico.
El obispo espera que la esfera política dé preeminencia a la diplomacia. A su juicio, la tarea central es lograr un cese del fuego y buscar, a partir de ese punto, caminos para salir de la empantanada situación sin utilizar armas. Reconoce que es algo muy complejo, pero espera que se nos ocurra algo más que «seguir alimentando con armas una guerra que costará miles o cientos de miles de muertos”.
¿Dónde están los jóvenes?
El obispo Kramer, de 58 años, no tomará parte en las próximas marchas de Semana Santa del movimiento pacifista en Alemania, debido a otros compromisos. La mayoría de los participantes en esas manifestaciones suelen pertenecer a su generación, o son incluso algo mayores. Eso se apreció también en las marchas de Semana Santa de 2022, pocas semanas después del inicio de la guerra contra Ucrania.
La investigadora de conflictos Larissa Meier, de la Universidad de Bielefeld, realizó al respecto un estudio con su colega Priska Daphi. Allí se constató que el movimiento pacifista no logra movilizar casi en absoluto a la gente joven.
Eso obedece, a su juicio, a que la retórica está fuertemente marcada por los discursos de la década de 1980. En aquellos tiempos, cientos de miles de personas de la parte occidental de la Alemania dividida protestaban contra el armamentismo atómico de la OTAN. Y esto es algo que «no encaja mucho con los temores actuales de la gente», dice Larissa Meier, aunque cree que el interés de los jóvenes por la política de seguridad y el tema de la paz ha aumentado mucho.
¿Un nuevo impulso?
Kristian Golla, de la Red de Cooperativas para la Paz, de Bonn, participó en las manifestaciones de los años 80 contra el rearme de la OTAN. «Siempre nos calificaban de estúpidos”, cuenta a DW este pacifista, nacido en 1963 e hijo de un militar.
Tras un año de guerra en Ucrania, Golla tiene muchas interrogantes. También tiene una clara opinión sobre el manifiesto pacifista de la política izquierdista Sahra Wagenknecht y la feminista Alice Schwarzer: «Me parece bien que ellas hayan popularizado el tema ‘negociar en vez de disparar’. Es algo que el clásico movimiento pacifista, por lo pronto, no logró”.
Golla considera, sin embargo, problemático, que no se haya marcado un claro distanciamiento de la derecha. Por eso, no firmó la controvertida petición impulsada por Wagenknecht y Schwarzer, aunque concuerda en parte con el contenido.
Kristian Golla espera que las marchas de Semana Santa 2023 den nuevo impulso al movimiento pacifista. Él y su equipo llaman en su página web y en anuncios en periódicos a participar en la tradicional protesta contra la guerra y el armamentismo. Además, exhortan a enviar un correo electrónico al canciller alemán, Olaf Scholz, pidiéndole actuar en pro de negociaciones.(ers/ms)
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