Poesia y pintura – CONCECCION – Roberto Yulow Mosqueira – 7.11.2023

En este lugar aun se conserva los arboles de Siringa que rayaban los Sirigueros, eran ricos en estradas gomeras. El dueño de este lugar es don Romulo Salvatierra, que habia heredado de su señor padre, bueno esa es otra historia que en otra oportunidad se las contare. Aqui llegamos por peticion de don Romulo que al enterarse que estamos en la Barraca de su compadre Luis nos mando un emisario para que pasaramos por su barraca, la verdad es que no lo conociamos a este señor pero nos fuimos por que nos interesaba vender algo de mercaderia y ademas mi compañero tenia fama de ser buen sanitario y por que nos avisaron que habian tres muchachos que estaban enfermos, llegamos como a las tres de la tarde, nos invitaron comida y una buena chicha de yuca, luego nos acomodaron cama por que estabamos cansados del viaje y mas aun nos habia llovido en el camino.
Al otro dia muy temprano ya estaban los enfermos, grande fue la sorpresa, parecian unos Sapo Alcaldes, estaban tan inchados que los cachetes le tapaban los ojos, y petacudos como unas pelotas de goma. Mi compañero le dijo a su madre el tratamiento empieza ya y saco de su marico un frasco con un liquido negruzco y les dio de una cucharada a cada uno que hasta ahora me acuerdo de las caras que hacian estos pobres muchachos eran cometierra los pobres.Despues que se fueron yo le pregunte a Juan que remedio les habia dado y me contesto Fierro Casero es el mejor remedio para estos viciosos . Y asi pasaron diez dias de tratamiento y ya se empesaron a verse las mejorias del tratamiento ,ya no habia barriga ni inchason y los cachetes empesaron a Pintonear
El tiempo de estadia se nos acababa y teniamos que regresar. Don Romulo en agradecimiento nos preparo un buen tapeque ,La verdad es que en nuestra estadia se inyectaron unos Combioticos a unas señoras que tenian unas Carachas y se cambalecheo unos sobres de Sibalena y unos Mejorales no estubo tan malo el negocio, antes de regresar le dejamos un frasco de fierro a la esposa de don Romulo para que siga el tratamiento con los muchachos.
Al otro dia muy temprano salimos de regreso rumbo a nuestro destino , con unos 100 kilos de goma que fueron arrastrado por dos sirengueros hasta la barraca de su compadre que nos dio don Romulo para que nos acompanen y nos ayuden con la carga y un riquisimo tapeque, de charque y chipillo molido que hasta ahora lo recuerdo.

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