UN ESTADO REPUBLICANO FEDERAL IMPULSA LA LIBERTAD Y EL PROGRESO NACIONAL – 21.11.2023

Ovidio Roca

Cultura del populismo cocalero, estatista, centralista y racista.

El modelo populista se apoya en la masa sumisa al Gobierno y a los Jefes y desconoce el necesario y responsable esfuerzo del individuo para manejar su propio destino. Es por esto que de inicio y para avanzar se requiere de una profunda revisión de esta política económica estatista y distributivista y cambiar la receta Castrochavista que aplican los populistas, la que ha dejado en la miseria a muchos y promovido el exilio masivo de cubanos, venezolanos y nicaragüenses y la lista seguirá.

Siguiendo la receta, el populismo cocalero se basa en el estatismo, el extractivismo y subsidios no sostenibles, en medio de un permanente enfrentamiento usando el racismo, bloqueos y ataques a la propiedad privada y a los emprendimientos productivos privados, más múltiples trabas a la producción y a las exportaciones de los emprendedores.

Permanentemente anuncian grandes inversiones públicas en proyectos productivos sobrevaluados y sin criterios de rentabilidad y eficiencia, pero eficazmente movidos por las “coimisiones”.

En el Estado Plurinacional Populista, la burocracia pública crece de manera explosiva, con funcionarios públicos sin ningún criterio de eficiencia ni de idoneidad y a quienes solo se les exige su obsecuencia al gobierno. El ochenta por ciento de la población, que además está poco capacitada en nuevas tecnologías, tiene su base de sustento en la economía informal y se siente impotente para competir en actividades formales y productivas que exigen de calificación profesional. A su vez, la empresa privada formal y productiva, no cuenta con seguridad jurídica por lo que no crece ni se diversifica.

Dice un Dirigente gremial (capitalista): “Nosotros, la familia gremial, que nos dedicamos al comercio informal, le hacemos un grueso favor al Gobierno central, porque nosotros nos auto empleamos y no pedimos ningún bono, ningún beneficio al Gobierno central, al contrario, nosotros generamos economía, movemos el motor económico del país, en especial en la ciudad de El Alto”.

La cultura populista cocalera que construye el MAS.

En los sectores vinculados al masimo, ésta extendida práctica social y económica informal conforma una mentalidad y una cultura dependiente del Estado y ha conseguido un ambiente favorable en la población de baja calificación y educación, especialmente de aquella que siente que difícilmente podrá ingresar a una economía productiva y de mayor tecnología y que no puede competir con la producción externa y especialmente con la china.
En consecuencia una gran parte de la población se resiste al cambio del esquema populista, pues ya se adaptó a las políticas populistas y tiene miedo al cambio y sigue el dicho, “prefiero lo viejo conocido a lo nuevo por conocer”, lo que además es más favorable y adecuada a su forma de hacer negocios y a su nivel de competitividad laboral.

Esta receta populista, aplicada en Bolivia por el masismo cocalero y en otros países por partidos de la misma línea ideológica, ha destruido la economía y la democracia, ha impedido avanzar hacia una ciudadanía responsable y ha generado un ambiente que ahuyenta a los inversionistas nacionales y extranjeros, mientras favorece y promueve la informalidad y la mas iva corrupción.

La experiencia enseña que debemos hacer lo contrario a lo que hace el MAS, y aun más para progresar.

Ahora que se acabaron los tiempos del gas y los minerales, la economía se complica, la gente se siente insegura y empieza a protestar impulsada por los recuerdos de los mejores tiempos del gas abundante, por lo que se requiere de la Oposición Democrática ir concertando una candidatura a la Presidencia de la República, con un mensaje y propuesta clara, viable y sostenible, que logre unir a la nación boliviana en torno a un propósito común de libertad y prosperidad para así salir adelante con paz y armonía, unidas como ciudadanos responsables y no como pandillas o etnias. En la Argentina lo lograron ayer.

Lo primero que deberían hacer los ciudadanos que creen en la libertad, el progreso y en un Estado Republicano Federal, es ponerse de acuerdo y definir con claridad el nuevo tipo de Estado y de modelo político y económico que necesitamos y marchar juntos a construirlo para el bien de todos. Un Estado de derecho, con libertad económica, seguridad jurídica, respeto por la propiedad privada, reducción de la burocracia y el gasto público y atracción de los innovadores, inversores y productores.
ovidioroca.wordpress.com

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