El mundo libre tiene muchos enemigos peligrosos. Unos son desembozados y perfectamente visibles. Otros no tanto. Los primeros no son un gran problema porque la gente advierte fácilmente que su filosofía es contradictoria de los valores de mundo libre. Irónicamente el enemigo más peligroso no se encuentra fuera del mundo libre sino dentro de él.
Son aquellos que por incompetencia, insensibilidad o simplemente por pura ignorancia no advierten que la libertad es un valor por el que la humanidad ha luchado durante siglos y que preservarlo es un deber y una obligación para con las generaciones venideras. Y que es también la razón de fondo del increíble progreso en los últimos dos siglos de la historia humana. Así es, la libertad de la que hoy gozan millones de personas en el mundo (que se traduce en el derecho a opinar libremente, escoger el trabajo que uno quiere, disfrutar de su propiedad, elegir el país donde quiere uno vivir, escoger su religión, sus ideas políticas, etc.) es la razón del bienestar actual y no ha caído del cielo por obra y gracia de Dios. Muchas personas tuvieron que morir y sacrificar sus vidas para que finalmente los hombres de hoy vivamos en libertad.
La historia humana misma es una síntesis de esa lucha entre el poder autoritario y el deseo de libertad. Todos sabemos que la sociedad humana vivió hasta hace pocos siglos bajo la férula de la autoridad mas feroz y caprichosa, y que la primera civilización o cultura que le dió un valor trascendente a la libertad, fue la Grecia antigua. Sin embargo de ello, la vida, la propiedad y la autonomía de las personas han sido absolutamente precarias hasta no hace mucho. Incluso hoy en día hay países donde la vida humana, la propiedad y la libertad de las personas no significan nada para los que detentan el poder. En Cuba, Korea del Norte, Irán o la multitud de Estados teocráticos fundamentalistas, estas cosas carecen de importancia para las autoridades, se respetan sólo si ellas lo quieren.
Es únicamente en el mundo libre (el mundo democrático capitalista) donde su importancia es tal que incluso se ha formalizado en las leyes básicas que ordenan tales sociedades. De ahí entonces que la mayor y más trascendente responsabilidad de las personas y de las autoridades de los pueblos libres, es la de preservar la vigencia de la idea de la libertad. Parece sin embargo que el líder de la nación más libre y poderosa del mundo libre no se ha enterado de todo ello y apura, sin meditar lo debido, un acuerdo sobre energía nuclear con uno de los pueblos más emblemáticos de la filosofía autoritaria, Irán.
Que un gobierno fanático, autoritario y promotor del terrorismo religioso logre obtener la tecnología nuclar sería un desastre para la humanidad entera, no sólo para los israelíes, porque a partir de ahí cualquier Boko Haram (el fundamentalista africano) podría eventualmente disponer de ella. Por eso mismo es que el primer ministro israelí fue a dar un discurso al parlamento americano, para que la nación americana pueda advertir el peligro de que Irán logre obtener la tecnología nuclar, un peligro que Obama parece no advierte. Los dejo con el discurso de Benjamín Netanyahu.
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