Autor: <span class="vcard">Willi Noack</span>

Para fotografiarlos hay que saber estar con ellos, la idea es que no sepan que estuvimos ahí, que nunca nos perciban, esta imagen y otras más se tomaron sin que el hormiguero nos detectara, pasamos casi 10 minutos entre 6 y 15 mt. de distancia. Les dicen Osos Hormigueros pero claramente no son osos.

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2021

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El día que la democracia fue asesinada El 23 de marzo de 1933, el Reichstag aprobó la »Ley Habilitante«. Los diputados efectivamente convirtieron a Hitler en un dictador, y se hicieron superfluos. ¿Por qué tantos de ellos todavía estaban de acuerdo?

Von Philipp Austermann

El 23 de marzo de 1933 fue un día fresco en Berlín. Por la tarde, los 73 miembros del Partido Católico del Centro se reunieron en su salón de reuniones en el edificio del Reichstag. La sesión del Reichstag, que se reunió después del incendio del Reichstag en la Ópera de Kroll al otro lado de la calle, había sido interrumpida durante tres horas poco antes. Los parlamentarios del centro se enfrentaron a una pregunta difícil. Tuvieron que tomar una decisión: ¿Deberían aceptar la «ley para remediar la angustia del pueblo y del Reich» exigida por el gobierno o no?

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Un alto político un PRESIDENTE muere. El viene al cielo y se encuentra con San Pedro. Él dice: «¡Hola, querido amigo! Ahora debes tomar una decisión: ¿quieres quedarte en el cielo o ir al infierno? » El Presidente:” Me gustaría echarle un vistazo a ambos «. San Pedro lo conduce primero al infierno. Todos los amigos del PRESIDENTE están allí. Beben, celebran hilarantemente y ríen juntos.
Entonces San Pedro lo lleva al cielo. Allí, todos los ángeles se sientan en las nubes, miran estúpidamente a su alrededor y juegan monótonamente con sus arpas. Finalmente el PRESIDENTE dice a Petrus: «Si es así, prefiero ir al infierno. En el cielo es demasiado aburrido para mí. «-» Tu deseo es mi orden » responde San Pedro. Vuelven al infierno juntos, pero todos sus amigos no se ríen y celebran más, sino que trabajan y trabajan con el sudor de su frente. «¿Qué pasó aquí?!» El PRESIDENTE grita horrorizado.
«Bueno», dice San Pedro, «usted sabe eso: ayer fue antes de las elecciones, hoy es después de las elecciones».

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Al paso y al galope de su caballo centauro estadista- o sentado en una cabeza de buey o en el tronco tumbado de un árbol, en su choza de purificación o en el monte nativo que tanto tiempo fue su única casa, Artigas fue madurando formas de convivencia política para las Provincias americanas. Sus Secretarios les dieron forma adecuada, teniendo en cuenta textos extranjeros, que Artigas moldeó para que pudieran funcionar en la realidad gaucha. El Prócer la interpretaba como nadie, por haberla vivido en la intensidad de sus carencias, pisoteando sus prohibiciones absurdas, midiendo toda la riqueza de la tierra y la indómita capacidad de sus hombres amigos, fraternos de intemperie y de destino incierto.
Cuando el «sistema» estuvo estructurado, cuando los pueblos fueron dándole su aprobación entusiasta, porque conjugada verbos de libertad, de igualdad, de democracia, república y federación, Artigas, consustanciado con con su pensamiento, libro cien batallas adversas o no, para convertirlo en Ley de América , sosteniéndolo como una pasión errenunciable. Por no haber en el terruño, bajo otro régimen; porque la muerte no llega en el entrevero másculo, se fue para siempre, a olvidar tanta injusticia, tanta incomprensión, tantos privilegios confabulados.
Derrotado por imperialismo, oligarquías y envidia de sus tenientes que había formado de la nada, como a Pancho Ramírez, cuando todos le daban la espalda o se agrupaban para atacarlo, menos los pobres y los indios desprovistos, que se le ofrecían, optó por el ostracismo, que en eso se convirtió su arribo a Paraguay, con la ilusión de que el dictador Francia le diera hombres y armas para volver a la lucha, en esta tierra amada que había ensangrentado durante una década para darle libertad y bienestar.
por Julio Martínez

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